sábado, 4 de abril de 2009
FANTASMA
A veces le faltaba el alma, a veces solo le faltaban sus zapatos de tacón, a veces olvidaba sus lágrimas esparcidas entre rincones que no recordaba, a veces le faltaban sus pastillas y sus recuerdos que decía haber empeñado en el bazar de la esquina. A veces podíamos bailar y desmayarnos deseando no despertar, a veces faltaba para la renta o para más pastillas. Yo solo quería comer lechugas y ella ver como las garumas se perdían en el desierto. A ella no le gustaba la arena entre sus pies, ni la orilla del mar crucificando a las sirenas. Yo ya no escribía, ella ya no amaba. El gato se fue cerca del mes de julio y las demás cosas comenzaron a desaparecer de a poco. Habían duendes dijo, era un hecho. Entonces conocimos a dos Eric y Ford, al principio parecían amigables, pero luego comenzaron a tomárselo todo, el vino, los conchos de las botellas de cerveza. Yo ya no escribía y dos enanos usaban mi casa de cantina. Ella seguía olvidando los zapatos y las pastillas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
buena, excelente
ResponderEliminarsaludos!