En la noche cuando me estaba resultando dormido
Ya sentía un frío por mi espalda
Como si la muerte rondara ya por estos lares.
Al despertar, mi ángel yacía colgado en la esquina de mi habitación
Con su rostro azulino por efecto de la cuerda que lo ahorcaba.
En sus alas llevaba un poema escrito a fuerza de cortes
Bajo sus pies en altura, había un casette de nuestros temas de cuchilla en mano
En su mano derecha me daba una soga
Y en la izquierda una flor negra…para nuestro entierro.
miércoles, 4 de marzo de 2009
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